CAGLIARI – UN SOLO DÍA, PARA EMPEZAR
Una sola jornada para descubrir el hechizo de Cagliari: sumergirse en la belleza de sus barrios antiguos, sorprenderse ante los restos de la cultura nurágica, probar alguna especialidad, ver magníficos panoramas, dar una vuelta por la playa, admirar los flamencos y cerrar la noche en las terrazas de la muralla. Es un aperitivo, para que vengan las ganas de volver.
DESCUBRIR LA CIUDAD EN 24 HORAS
UN RECORRIDO ESENCIAL ENTRE HISTORIA, GASTRONOMÍA, NATURALEZA Y VIDA URBANA
Mañana
Calles Roma, Carlo Felice, y plaza Yenne. En los soportales de la calle Roma, en la de Carlo Felice y en la plaza Yenne se hallan los cafés históricos, con sus mesitas al exterior. Aquí son un rito el café y el capuchino con pasteles y pizzas de hojaldre.
Castello: el barrio amurallado y sus vistas. Es el barrio sobre la colina, residencia de nobles y dominadores: primero los pisanos, después catalanoaragoneses y españoles. En él despuntan las dos torres pisanas; sobre los portales destacan los escudos nobiliarios; desde las murallas, la mirada abraza la ciudad y el mar.
Tres lugares en la historia. En Castello muchos lugares merecen una visita. Tres posibilidades para elegir: El Museo Arqueológico, en la Ciudadela de los Museos, conserva los restos únicos en el mundo de la civilización nurágica, así como otros legados por cartagineses y romanos. La catedral de Santa María, construida por los pisanos y modificada a lo largo de los siglos, es un verdadero resumen de la historia de Cagliari. En su interior se admiran esculturas pisanas, las capillas aragonesas y la gran Cripta de los Mártires.
El Palacio de la Ciudad junto a la catedral. Fue el ayuntamiento desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX. Hoy acoge eventos y exposiciones.
¿Comer en la ciudad o en la playa?
En autobús, bastan pocos minutos para llegar a la playa del Poetto y sentarse en uno de los quioscos junto a la arena. O si no, sin salir del centro, se puede ir al barrio de Marina, donde en cada esquina hay un local o un restaurante. Algunos de los mejores chefs de la ciudad trabajan en él.
Por la tarde
Flamencos y salinas. Para admirar de cerca flamencos, garzas y cormoranes, se puede ir en autobús al Poetto, a la parada del Hospital Marino, y entrar en el Parque Regional Molentargius-Saline. Llévate una cámara fotográfica: los colores y reflejos de las salinas lo merecen.
Antes de cenar
Las calles Manno y Garibaldi: pasear e ir de compras. Bajo el Bastión de Saint Remy, dos calles peatonales que reúnen muchos de los comercios de moda, perfectas para pasear e ir de tiendas.
Por la noche
Los bastiones de Saint Remy y de Santa Croce. Dos lugares bellísimos para charlar y tomar algo antes o después de cenar. El bastión de Saint Remy es una gran terraza panorámica adornada de árboles y palmeras; el bastión de Santa Croce es un precioso paseo lleno de locales, bares y cafés, que asoman al panorama sobre los tejados de la ciudad.
Cena
Para la cena hay multitud de posibilidades. El barrio de Stampace es la Cagliari más típica, mientras que Marina es el barrio multiétnico. Los restaurantes, las tabernas tradicionales y los locales de moda se abren con terrazas a sus calles.
(Lea todos los artículos de nuestra sección «¿Qué hacer en Cagliari? ¿Qué ver en Cagliari? «)
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